Mi calendario de viajes se ha extendido hasta latitudes que no imaginé visitar tal vez hasta que me casara y mi esposo millonario me llevara de luna de miel, por lo que sacaba por conclusión que faltaría mucho, mucho... mucho para poder caminar por las calles del Viejo Continente.
Entonces, queda así:
26 de febrero al 2 de marzo: D. F. (Viaje que, si soy sincera, ojalá pudiera cancelar)
6 al 9 de marzo: MTY. (Viaje del que, probablemente, regrese más rayada)
17 al 30 de marzo: Europa. (Viaje que, sin duda, será de lo mejor del 2009)
Y sin embargo, no estoy 100% feliz. Qué raro que ni la certeza de realizar un sueño que casi todos tienen alguna vez en su vida, pueda compensar algo importante que se ve perdido...
Ni modo, siempre presente el balance entre el bien y el mal.
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