31 may 2007
29 may 2007
Soundcolorcity
el vuelo de un ave pinta una estela multicolor
ella escupió gotas coloridas sobre mí
yo en tecnicolor: cabellos rosas, piel amarilla, ojos verdes
el neumático al rodar sobre el asfalto... beat, beat
con cada escalón se enciende un color
luces neón, brillo y deslumbre
un sonido sintetizador
verde, anaranjado, azul eléctrico
retumba y silencia mis sonidos
la noche se vuelve mágica

22 may 2007
Sábado por la mañana
21 may 2007
20 may 2007
Cuestión de geografía
Volver a lo mismo.
1 may 2007
El exceso de abril
30 de abril. El día comenzó como todos: abrir los ojos, tomar conciencia de que mi día probablemente será una mierda y levantarme al baño y a ponerme mi disfraz laboral.
Pero ese lunes aguardaba la celebración de un magno evento, al cual en un primer momento me resistí en asistir pero luego dije “pues va”. Y vaya que fue.
Llegué al trabajo y bueno, todo como todos los días, hasta que por “razones de aniversario el personal de tales áreas puede salir a las
Todo transcurría placenteramente en mi hogar, según yo, tenía todo listo. Pero como siempre hago las cosas a última hora, pues no resultó ser así.
Saco mis muy empolvados zapatos negros de tacón, para verme mejor. Oh, no. Uno no tiene tapita.
-Que la chingada, sin pareja y todavía caerme de un resbalón. Ni madres.
Con un “tengo cosas que hacer” me contestó mi amable hermano al pedirle raite a que me arreglaran el zapato. Ahí te voy.
Primer intento fallido pues el señor zapatero, pues resultó que ni a sus zapatos, porque no hacía trabajos “exprés”. Bien, me mandó a otra dirección cercana.
- Señor, necesito ponerle tapita a mi zapato.
- Señorita, nomás trae uno, necesito el par.
Oh, Dios. Cara de enojo de mi hermano, yo dije “oops”, ir, venir, zapatos, 10 minutos, 30 pesos, tapitas nuevas, adiós al azotón.
Bueno, ahora sigue mi cabello. Kitty, hazme rizos, ay Suzette traes el cabello muy cortito, no tengo plancha chiquita, ve con el Panchito, aquí cerquita. Vamos con Panchito, pues.
15 minutos y 50 pesos después parecía que mi cara había envejecido 40 años, parecía ruquita de película sesentera. Realmente era horrible.
- A la chingada, ¿qué hago? Ya son las 6:30.
- Mamá mira esta mierda de pelo que horrible.
- M’ijita te ves bonita.
- Parezco viejita, no voy a ir.
Llanto brotó de mis ojos, mientras bastante encabronada me metía a bañar, siendo con esta ya tres veces las que me duchaba en el día. El pinche olor a spray corriente se respiró en el pequeño baño, dándome aún más coraje.
Bueno, no puedo sola con esta miseria. SMS “I’m freaking out about my hair”.
- A la chingada, seguramente alguien irá peor que yo.
Pinzas, tubos y spray Folicure hicieron su trabajo, por lo menos para ayudarme a hacer la entrada triunfal con unos rizos algo desordenados pero bueno, todo es parte del rock.
Mis amables camaradas pasaron por mí. Bueno al menos no llegué como ejotín negro.
Pasos, pasos, pasos. Mesa. Mesero.
- Vodka, por favor.
Ah, vodka tonic, my favorite. Y sin más ni más, así se fue la noche. Don Mesero, muy atento, ni bien me acababa uno cuando llegaba el otro. Puro refilleo.
Risas, sonrisas, comida, tres mujeres de blanco cantando. La bebida fluía como un río interminable a través de mis venas.
- Dios, ya he de estar muy peda. Quiero bailar y fumar.
- Pásame un cigarro compañera, aunque me maree más.
Yo en la pista bailando, qué animada, yo cantando Hey Mickey, qué ochentera. Yo sin saber ya qué pedo, qué borracha.
Junto con la noción del tiempo perdí la razón.
- No quiero llegar así, no, no, no, no, no.
- Chíngale, ¿qué habré hecho?
- No me acuerdo.
- Chíngale. ¿Qué mas habré hecho?
27 abr 2007
Feria mexicana (Madrugada del 21 de diciembre del 2006)
Mi hermana se encontraba a mi lado. Realmente no teníamos la menor intención de pasear en alguno de los juegos mecánicos, pero de repente nos encontramos siendo partícipes de esos grotescos y morbosos espectáculos, donde una simple ilusión óptica, generalmente bastante notoria, nos hacer ver a mujeres reptiles y niños de dos cabezas castigados por la naturaleza.
Caminando entre fétidos olores nos encontramos con algo que nunca pensamos sucedería. Una de esas desgraciadas mujeres mitad humano mitad reptil era una prima que dejamos de frecuentar desde la niñez, quien ahora se encontraba sobreviviendo en ese mundo circense.
Al verla en ese aparador llegaron a mi mente imágenes de sus padres y sus hermanos, de nuestros juegos de niñez y de tanto tiempo transcurrido. Sus ojos reflejaban tristeza, su piel morena reseca y su cabello descuidado eran un reflejo de cómo vivía.
Aunque hacía ya tiempo que no teníamos comunicación con ella, nuestro primer instinto fue rescatarla de ese lugar sucio y que no la llevaría a ninguna parte.
Realmente no recuerdo haber escuchado una palabra de ella, pero al tratar de ayudarla, no se resistió. Nos dio a entender que termináramos el recorrido y al final ella se iría con nosotros.
Súbitamente, mi única preocupación era si podría pagar el costo del espectáculo. No traía gran cantidad de dinero conmigo, además, el rostro del encargado me hacía sentir desconfianza.
Al finalizar la función, el hombre dijo, con voz tajante y marcado acento sureño, que tendría que pagar mil pesos, 200 correspondientes al espectáculo y 800 de una deuda que mi prima tenía con él, eso si queríamos llevarla con nosotras.
Al considerar yo esa cantidad algo exagerada y abusiva, le dije que le pagaría los 200 pesos, pero que me diera un tiempo para conseguir el dinero que le debía mi prima.
Al acceder, regresamos al lugar donde se realizaban las funciones para encontrarnos con ella e irnos a casa. Al ingresar, presenciamos actos que no se encuentran a la vista del público en general.
El acto que más parecía fascinar a quienes ahí se encontraban era realizado por mujeres, todas desnudas y muy delgadas, de piel blanca, cabellos largos y oscuros y rasgos orientales. Estas se encontraban dentro de una bolsa de plástico transparente, sumergidas a medio cuerpo en una tina de metal repleta de lo que parecía ser una mezcla de agua sucia con sobras de comida.
Obviamente las mujeres no podían respirar, por lo que la persona que las observaba sostenía una pequeña navaja para cortar la bolsa cuando la desesperación de la joven reflejara su cercanía a la muerte.
La cara de fascinación de las personas que sostenían la navaja al ver a las jóvenes retorcerse me hizo recordar el ansia de control de la humanidad y su gozo por el morbo y lo grotesco.
Presenciar eso me hizo apresurar más la salida de mi prima de ese lugar, por lo que sin más problema nos alejamos hacia mi casa.
El camino no lo recuerdo bien, pero al llegar nos esperaban ya el encargado del lugar con su mujer, quienes con hachas y demás instrumentos afilados trataban de hacernos daño.
Nos pedían el dinero (realmente yo al presenciar los hechos grotescos que sucedía en esa carpa, no volví a pensar en el).
Al resistirme, la mujer tomo una piedra y terminó la vida de mi prima con un golpe en la cabeza. En ese momento me encontré sola enfrentando a la pareja y mi instinto permitió que me defendiera como mejor pude.
Mientras lanzaba golpes al aire o a lo que tuviera enfrente, pensaba que ojala hubiera pagado esos mil pesos y así hubiera evitado tanto problema y posiblemente mi muerte. A la vez pensaba tal vez todo estaría mejor si hubiera dejado a mi prima con su espectáculo en la feria.
En un torbellino de rabia, el encargado sureño comenzó a girar a velocidad inhumana para tomar impulso y propinarme un golpe bastante decente con una pala que sujetaba con fuerza, sin embargo, la urbanidad salvó mi vida.
Mientras él avanzaba con fuerza y velocidad hacia la mitad de la calle, un camión urbano circulaba en esa misma dirección, mismo que lo impactó con gran fuerza y lo mató al instante. En ese momento todo termino, y yo sólo agradecí la puntualidad de la ruta 11.
28 feb 2007
I want a lover I don't have to love...
And to hurt
Do you like to hurt?
I do, I do
Then hurt me...
19 feb 2007
El mito del popote
A petición popular, revelo la verdad del mito de si beber licores con popote acelera el proceso de embriaguez.
Como todos lo hemos comprobado, este conocido mito es cierto. Obviamente, no es el popote en sí el que por arte de magia te pone tan alegre sino, solamente, la rapidez con la que ingieres dichos elíxires.
Beber con pajilla, pitillo, popote o como gusten llamarle, hace que tu bebida se termine más rápido, no por nada en los restaurantes siempre las sirven con ese aditamento, por ende, "tráigame otra" se convierte en la frase de la velada.
Para hacerlo todavía más entendible, el mecanismo del popote es idéntico al del “fondo, fondo”, es decir, mucho en poco tiempo.
Métodos briagos
El alcohol tiene una ruta bien determinada en nuestro organismo, que empieza por la mucosa bucal, pasa al estómago, se metaboliza en el intestino y, cuando son grandes cantidades, llega a la sangre, misma que lo transporta por tooodo el cuerpo, incluyendo al corazón y el cerebro.
Los amantes de las borracheras súbitas pueden valerse de esta clase de biología para acelerar esos procesos con otros "tips":
- No comas nada antes ni durante la bebedera. (Un estómago lleno desacelera el proceso de absorción del alcohol)
- Mezcla el alcohol con bebidas carbonatadas como el agua mineral, cola, o cualquiera efervescente.
(Estas bebidas entran con mayor rapidez al torrente sanguíneo, bomba cuando se combinan con alcohol)
Ya si eres muy extremo, puedes probar inyectarte el líquido directamente a la vena,
cual junkie, para obtener un efecto inmediato, poco divertido, pero inmediato.
Discriminación etílica
Navegando entre olas informativas me topé con algo que me sorprendió todavía más que la intima relación popote - embriaguez.
Hecho: Las mujeres resisten menos la ingesta de alcohol que los hombres. ¿Por qué? Se preguntarán mis queridas briaguitas, pues por que ¡tenemos más GRASA!. Así de triste y así de simple.
Explicación: La cantidad de agua en el organismo influye en la velocidad de absorción del alcohol. Entre más agua, menos alcohol se absorbe.
Las mujeres tienen más grasa en el cuerpo (menos agua); los hombres, más masa muscular (más agua).
Por eso, y sólo por eso, las mujeres alcanzan una mayor concentración de alcohol en el organismo que un hombre que ha bebido exactamente lo mismo.
No satisfecho Dios con haber creado al hombre con más aptitud para la bebida, el Creador nos proveyó con menos enzimas ADH (alcohol-deshidrogenasa), encargada de metabolizar el alcohol. Esto nos ocasiona que el alcohol dure por más tiempo en la sangre.
En todas partes vemos injusticias. Así que, hombres necios que acusáis a la mujer de no saber beber, no nos volváis a ofender con ese improperio, pues nosotras no tenemos la culpa de nuestra grasita.
Pero si el mono evolucionó para satisfacer sus necesidades, nosotras podremos beber y beber hasta disminuir nuestra grasa y aumentar nuestra concentración de enzimas ADH y, así, tomar como "hombres".
Ah, me siento científica... ¿Quién dice que la bebida no trae nada bueno?
16 feb 2007
¿Chimichanga o Chivichanga?
-¿Qué va a ordenar, señorita?
-Ah, me da unas chimichangas... - murmuro casi imperceptible, como si al pronunciar esa palabra traicionara a mi chivichanga querida.
Esta duda me surge cada vez que topo con el deliberado uso que restaurantes y antojerías hacen de esas culinarias palabritas. Yo dije: "pues bueno, a buscar en internet". En aproximadamente 0.15 segundos, Google lanzó una serie de resultados tan interesantes como refutables.
"Ay, chimichanga"
Cuenta la leyenda culinaria que en un restaurante de comida mexicana, presumiblemente en EU, una mesera dejó sobras de burrito en el mostrador, cuando el dueño, de nombre Flin (en esto baso lo de "presumiblemente en EU"), sin querer dejó caer el mordisqueado taco a la freídora. La mesera al presenciar la acción estuvo por emitir un "¡Ay, chingado!, pero como se encontraban niños presentes...se "barrió" y dijo: "¡Ay, chi...michanga!". Después de probar el crujiente burrito y sentirse complacida por su sabor, decidió incluirlo en el menú y llamarlo así, después del incidente.
Entonces, ¿chivi o chimi?
Los datos de mi extensiva investigación arrojaron que lo correcto, de acuerdo al platillo que conocemos, es "chivichanga" (lo sabía) pues la "chimichanga" es una palabra de uso "gringo", usada para referirse a un burro frito hecho con tortillas chicas, generalmente relleno de frijoles, queso y, alguna que otra vez, carne. Esta se sirve sin salsa y se acompaña con arroz, y se dice tuvo su origen en Tucson, Arizona.
Entonces, si comes las hechas de tortilla sobaquera, con carne, papa, lechuga, tomate y bañadas en salsa, llamálas por su nombre: ChiVichanga.
Por cierto, si yo hubiera sido la mesera y Flin hubiera mandado mi burrito a la freidora, disfrutáramos un platillo llamado algo así como "vervichanga". Juju.